INTELIGENCIA EMOCIONAL CON ESCOLARES
Nacemos sintiendo y experimentando el mundo, y aunque a veces nos desconectemos de nuestras emociones al crecer, son esenciales para nuestra adaptación y bienestar.
Las emociones no nos hacen sufrir, sufrimos cuando las rechazamos.
Identificar y manejar nuestras emociones nos hace más flexibles y resilientes mejorando nuestro autoconocimiento y favoreciendo habilidades como la empatía y la asertividad, imprescindibles para unas relaciones sociales saludables.
Etapa infantil:
Los niños están muy conectados con su mundo emocional, por eso es muy beneficioso comenzar a trabajar con las emociones desde la infancia ya que les estaremos dando herramientas que les servirán para toda la vida.
Adolescencia:
En esta etapa despierta la necesidad de encontrar la propia identidad a la vez que el deseo de pertenecer al grupo.
Proporcionarles un espacio para que se expresen y se conozcan ayuda a reducir es estrés propio de ser adolescente. Trabajar con caballos fomenta la comunicación, aprenden a pedir apoyo y promueve el autoconocimiento.
Esto les brinda confianza en sí mismos, les permite formar su propio criterio, establecer límites y explorar nuevas opciones.
La interacción con caballos permite a niños y jóvenes relajarse y entender mejor sus emociones al observarlas desde fuera. Experimentan el impacto de sus comportamientos y actitudes, y podrán aplicar este aprendizaje en su vida cotidiana.
Además al realizar estas actividades en el medio natural, fuera de las aulas, ya es un estímulo en si mismo, que favorece la disminución del estrés, mejora la concentración y estimula el aprendizaje.
